El debate sobre el lenguaje inclusivo, para sus detractores se centra peligrosamente o intencionalmente en que “se respete las normas gramaticales” se concentran solo en lo política-ortográficamente correcto cuando el verdadero debate no va por ahí.
Lenguaje inclusivo


Hace unos días la institución colonial que vela por el uso correcto de nuestro idioma la RAE a través de su director, el Sr. Darío Villanueva, indico que “El problema es confundir la gramática con el machismo”, cuando le consultaron sobre la posible modificación de la Carta Magna Española para refleje mayor paridad entre hombres y mujeres.

El debate sobre el lenguaje inclusivo, para sus detractores se centra peligrosamente o intencionalmente en que “se respete las normas gramaticales” se concentran solo en lo política-ortográficamente correcto cuando el verdadero debate no va por ahí.

Como dice Rita Segato, el discurso minimizador esta tan interiorizado que pasa desapercibido, los argumentos de los opositores se centran exclusivamente en que “No se puede decir así” “Es impronunciable” y algunes mas osades lo califican de crimen idiomático, el verdadero crimen no es utilizar lenguaje inclusivo, sino propiciar la discriminación a través del lenguaje.

Es innegable que el lenguaje altera la realidad percibida o la termina siendo una jaula mental que imposibilita ver o saber más allá de las palabras que se usa, el debate no debe centrarse en si es políticamente correcto, sino en preguntamos ¿quién define lo que es correcto? ¿correcto para quién?

Vivimos en una sociedad patriarcal que oprime y explota a las mujeres por el hecho de serlo, pero el sistema no quiere que lo cuestionemos, no quiere que lo señalemos, a inicios de los 90s el sistema apoyo abiertamente a las comunidades LGTBI, colectivos indígenas y feministas, también se dio abertura y a la comunidad negra, todo porque las veía como posibles nuevos mercados de consumo, pero cuando estos se dieron cuenta de quién era el verdadero enemigo de la sociedad, el patriarcado enquistada en todas las esferas públicas y privadas, el sistema hizo surgir el movimiento de los trapos azules: conversadores del status quo del siglo pasado, estos anti derechos con el firme propósito de retroceder en derechos a la población blancas no heterosexuales.

El lenguaje inclusivo lo que se intenta es corregir expresiones, actos y costumbres, ya que las personas aceptan la realidad y dejan de cuestionarla, lo que es correcto se puede usar para atacar y deslegitimar cualquier tipo de ideología o creencia, no olvidemos que lo correcto depende de los intereses y de los poderes de un grupo privilegiado.

La inclusión otorga sentido a la apertura en una sociedad que logra la justicia y bienestar para la mayoría. El idioma es histórico, es maleable, es social y, por lo tanto, político. El lenguaje inclusivo no destruye el idioma, sino que lo utiliza para reflejar una sociedad en la que quepamos todes por igual.

Sin importar qué postura tomes, la forma en que hablas y la forma en que ves el mundo están íntimamente relacionadas. Porque vemos el mundo a través de las palabras que usamos para describirlo, y quizás, para cambiarlo.